dijous, 20 de setembre del 2007

El ocaso y la vuelta a casa...


El sol se puso en Santiago, mostrándonos una vision rojiza de la catedral desde la plaza del Obradoiro...

Y llegó la hora de marcharse a casa. Aunque el viaje en avión no se quedó sin su anécdota... Manu se olvidó una navaja suiza en su equipaje de mano, que fue detectada por los rayos X del aeropuerto, pero aun así le dejaron pasar con ella, la tuvo a mano durante todo el viaje mientras nuestras botellas de albariño tenían que facturarse por ser "potencialmente peligrosas"...

Impresionante. Después de ser coreados por un entregado comité de bienvenida a la llegada al aeropuerto, volvimos a casa.

Ha sido extraño dormir solo, en un colchón decente, con sábanas, sin ronquidos alrededor, sin ese olor tan característico del peregrino, sin ruidos de gente preparando bolsas a las 4 de la mañana... Y luego, una vez en pie, puedo escoger que ropa ponerme!! La vuelta a la rutina, supongo que tendremos que acostumbrarnos... El viaje finalizó definitivamente, y ahora sólo nos quedan los recuerdos, condensados todos en un montón de sellos, en la credencial del peregrino...

3 comentaris:

Anònim ha dit...

El olor característco de los peregrinos...¿Te refieres al de tus calcetines?
L m d Estela

Mariona ha dit...

calcetines+gallumbos+camisetas+ventosidades legumbriles superiores e inferiores....no quisiera yo haber estado allí! vaya cocktel molotov!

Unknown ha dit...

ole vuestros huevos pasar una navaja al avion y con las pintas de terroristas que llevabais sin afeitar etc etc