Etapa 4: El-Ksiba - Tussent

Un día agridulce. Al final 104km y casi 5 tibidabos. Hemos sufrido mucho por el calor y la sequedad del clima, luego nos ha llovido y hemos visto un arco iris doble completo (todo el arco de punta a punta), aunque no hemos visto la caldera de monedas...

Por la mañana hemos hecho un pico duro, y a la bajada nos hemos sentido como papá noel, porque había otras decenas de niños que se alegraban sólo porque les saludáramos o les chocáramos la mano... Sonrientes de oreja a oreja, salían todos al borde de la carretera... Algunos cogían su bici y nos acompañaban un rato... Una gozada tanta alegría por tan poco. Excepto algunos, muy pocos, que decía el manu del manu que 'estos están picardeaos', que lo que hacían era pedir y alguno hasta echarnos mano al equipaje...

Luego hemos parado en un bar que parecía una chabola en un pueblo muy pequeño, donde el dueño hablaba un poco de español. Tenía decorado su pequeño café con banderas y posters del barça y la selección española campeona del mundial. Hemos comido pastas de ellos, rellenas de dátil, que estaban muy ricas (y té, pero eso es un fijo que tomamos en todas partes). Estaban viendo la repetición del partido de ayer, y cuando ha salido el penalti de marcelo, me he levantado gritando exageradamente que no lo era, y se han meado de risa todos.

Luego hemos parado en otro pueblo que era bastante grande (para lo que estamos acostumbrados a ver por aquí, claro) en el que nos han atendido de una forma amabilísima. En principio íbamos sólo a por agua, pero al final hemos acabado comiendo y tomando té, y los bocadillos estaban tan buenos que les hemos pedido otro para el camino. Al final el tío nos ha ayudado con la ruta, buscando una cosa que el juanda no encontraba, recomendándonos donde dormir... Y al final nos ha cobrado solo 92 dirhams (5 botellas de 1,5l de agua, una de cocacola de litro, dos de hawai, algo parecido al trina, 8 bocadillos y té para todos... 9€, impresionante).

Desde allí queríamos llegar a Imilchil, pero claro, con tanta parada se nos ha hecho de noche. Y a las 9, cuando más cansados estábamos, un grupo nos ha parado y nos ha dicho 'donde vais? Si sube mucho! Y Imilchil está aún a 20km! Id a casa de Hassan'. Y el señor Hassan nos ha llevado a su casa, en un mini poblado de cuatro casas en Tussent, nos ha dado te (buenisisísimo, pero me lo he bebido con tanta ansia que me he escaldado la lengua), y nos han dado de cenar, y han empezado a venir todos los de alrededor. Al principio el idioma ha sido un problema, porque son bereberes y no hablan árabe, que es lo que nos habíamos preparado, pero con 20 palabras que teníamos apuntadas (hola, gracias, por favor, sí, no...) Ya hemos roto el hielo y nos han enseñado unas cuantas más... Por ejemplo 'shter' (no sé como se escribe, está es mi transcripción fonética), que significa 'bailar'. Y vaya sí lo hemos aprendido! Han sacado una especie de tambor, una especie de pandereta y una especie de flauta (lo siento, no conseguí entender los nombres) y se han puesto a tocar música y a bailar, y a sacarnos a nosotros... Ha sido divertidísimo, pero para nosotros y para ellos, ya que somos la atracción del lugar. La gente nos mira, mira nuestro equipaje con curiosidad, incluso le querían comprar el teléfono al juanda. Nos han pedido medicamentos porque uno tenía la rodilla inflamada,y le hemos dado casi todo el ibuprofeno que llevábamos y el voltaren gel. Hemos hecho fotos, hemos grabado vídeos... Ha sido una experiencia muy auténtica.

Y tenemos que decir, después de lo que hemos visto los últimos días, que las mujeres bereberes son guapas, muy guapas. Tienen la cara redondeada, los labios generosos y los ojos un poco rasgados, y son fácilmente distinguibles de las árabes a simple vista. También son más descaradas, se atreven a hablarnos y mirarnos sin taparse la cara, aunque el pelo no se lo destapan.

Después de la fiesta nos han preparado una cama con mantas en el suelo y aquí dormiremos. No es muy cómodo, pero nadie tiene duda que ha merecido la pena.