Etapa 2: Flumet - St François de Longchamp (día de locos)

Día de locos, nos ha pasado de todo. Hemos recorrido 74km y hemos subido 2037m de desnivel acumulado.

Ha empezado el día chungo, pq nos llovía. Todo el equipaje de lluvia encima. También hemos empezado a ciclear para el sentido contrario donde queríamos ir, porque nos gusta hacer kilómetros de gratis. Y nada, siguiendo bajo la lluvia, con precaución para no matarnos, el Manu ha dicho que sería épico que granizara enlos últimos metros antes coronar pico alto, y molaría mucho. Los demás hemos levantado una ceja y hemos hecho como que no le oíamos, y  hemos llegado poco después al paso de les gorges. Hemos visto unos conos y un cartel que anunciaba que estaba cortada, y nos desviaba por otro camino. «Peroooooo...eso debe estar cortado sólo para los coches, no? Y nosotros queremos ver les gorges... Bueno, dice que está cerrado a 400m, vamos a ver que es». Nos hemos acercado, y 400m después nos hemos encontrado con una barrera cerrada, y un cartel de «prohibido bicis». En ese momento hemos decidido hacer asamblea y votar si continuábamos o dábamos la vuelta... y ha salido unanimidad: pabajo. Hemos pasado la barrera y hemos encontrado un camino chulísimo, precioso, entre dos paredes enormes y siguiendo un río. «pues no se por qué estaba cerrada», hemos dicho segundos antes de encontrarnos una valla de metal, de lado a lado de la carretera, escoltada por dos pilones de granito enormes. «vaya! Ahora hay que volver? Espera, que voy a echar un vistazo...». Hemos saltado la valla, y hemos hecho una inspección visual de un túnel semi derruido que había 100 metros más allá. Si, estaba medio derruido, pero se podía pasar perfectamente, y no íbamos a volver a subir todo lo bajado.... así que hemos pasado las bicis por encima de la valla, a lo bruto, y hemos pasado el túnel sin problemas. Y ya está, no había nada más. «tanto rollo para esto??». Pues parece que si. Así que hemos podido seguir disfrutando de la bajada de les gorges... Hasta que nos hemos encontrado con la valla del otro lado. Otra vez a pasar bicis! Con lo que pesan las alforjas! Y ahora si, hasta abajo! Otra vez la barrera y... Ya estamos en Ugine! Volvemos a ser legales :)

Ahora a seguir pedaleando hasta Albertville, cuidad olímpica. Algunos problemas mecánicos por el camino, como los frenos del Joan que rozaban todo el rato, y un pinchazo del Sergio que le ha cabreado un montón (nos puesto verdes a nosotros de la rabia!), nos han retrasado muchísimo, así que cuando hemos querido comer, estaba todo cerrado. Hemos seguido una señales que indicaban un restaurante, y lo hemos encontrado abierto. Preguntando si había sitio nos han dicho que sí, así que hemos atado las bicis y, al sentarnos y ver todo lo que había encima de la mesa, nos hemos dado cuenta que el restaurante era super pijo. Platos con escalera, montón de cubiertos y copas, centro mesa.... Una pasada. Y nosotros hediendo a sudor. A los otros comensales les hemos dado la comida...incluso a los camareros. Pero hoygan, tenemos hambre! Así que hemos comido la mar de bien. Con poca cantidad de comida y poco para escoger, pero muy bien.

Y entonces el Joan ha vuelto a intentar arreglar sus frenos, sin éxito de nuevo, así que mientras nos acercabamos al inicio del ascenso a la Madeleine, le hemos sugerido que no subiéramos con frenos así, porque no iba a poder bajar. Pero como la tienda de bicis más cercana estaba fuera de la ruta, y para subir no le iban a hacer falta, y hemos asumido que en el pueblo de arriba si que habría taller, al final hemos seguido para adelante.

La subida a la Madeleine eran 24km non-stop. Desniveles variopintos, entre el 2 y el 9% (aunque del 2% más bien poco). Subía desde trescientos y pico metros hasta 2000...Una agonía. Así que nos lo hemos tomado con la calma y chino chano hemos ido haciendo km tras km, a ratos juntos y de cháchara, a ratos separados... Los paisajes eran espectaculares (yo no he hecho fotos, pero el resto si, y espero que las publiquen), y.los pueblecitos del camino eran medio fantasmas. Una parada técnica a la mitad para comer unas barritas ha precedido el ascenso final, el de las cuestas más duras (y las vistas más bonitas tb, que parece que una cosa siempre va con la otra). Km a km, sudando y con las piernas ardiendo, una carretera que se hacía eterna, que podías ver por delante todo lo que te quedaba y por detrás lo que habías hecho, hemos pasado por sol, nubes, niebla, sol, nubes, lluvia y sol de nuevo, hasta cerca de la cima que las nubes han tapado el cielo de malas maneras... Hemos coronado (ueeeeeee!) y ¡Se ha puesto a GRANIZAR! Maldito Manu profeta! Pero arriba estaba todo cerrado, el Joan ya tenía frío hacía rato y estaba intentado abrigarse, y aquello no parecía que iba a escampar en breve, así que hemos decidido bajar al pueblo, que, según el Manu, estaba «a 3 curvas» que luego resultaron ser 5km. El Sergio ha salido lanzado para llegar rápido, y se quejaba de los golpes de granizo en la cara, pero a mi eso no me molestaba, primero pq iba despacito, y segundo pq enseguida se me han empapado los guantes y han empezado a congelarse los dedos. 3km después, cuando yo tenía sensibilidad nula en las yemas, y estaba frenando con el alma, pq no entiendo como lo hacía, el Joan ha dicho que no podía seguir, y el Manu me ha dicho que pidiéramos que lo fueran a buscar. Así que he bajado como he podido, con dolores horrorosos en los dedos, hasta St François de Longchamp, donde Sergio, muy diligentemente,  ya  había reservado habitación para 4 y cena en el primer hostel. Allí hemos pedido que fueran a buscar a Joan, y tras unos momentos de caos, han llamado a alguien para que fuera. He pedido al Sergio que fuera él, pq yo no podía más (me ha tenido que quitar los guantes él pq yo no podía), y han ido a buscar a Joan. Manu, que estaba haciéndole compañía, ha dicho que el no se montaba en el coche (somos bicis!) y ha bajado los 2km que quedaban, mientras Joan cargaba la bici en la furgoneta y bajaba montado en ella (descalificado!). Una vez todos en el hotel y calentitos, tras una ducha de agua caliente y con la ropa delante de la estufa, hemos cenado un platazo de pasta (que rico!). Y de ahí a la cama, en un día que recordabamos la aventura de les gorges y nos parecía que había sido ayer...Así de largo ha sido.

Pero mañana puede serlo más. Gladon, Croix de Fer y  Alpe d'Huez están en nuestro radar.